En la primera década del s. XX, la familia Moré da nombre a la Taverna Tonet, en honor al padre de familia Antonio Moré Mallorquí. La hija Francisca Moré Casas y 2 hermanos más, se encargan de gestionar la taberna donde se daba de comer a los pescadores del pueblo.
En la primavera de 1950, la grabación de la película “Pandora y el holandés errante” con Ava Gardner de protagonista, hace que aumente la visibilidad a escala mundial de Tossa de Mar. La fama de la película en las pantallas, provoca una fiebre para hacer apartamentos, hoteles, restaurantes… y poder recibir a todos los turistas en estas tierras.
El interés turístico es inminente y genera la creación de muchos puestos de trabajo temporales. La gente de Tossa, en aquellos tiempos, eran campesinos, pescadores, modistas o corcheros,. Por este motivo, muchos trabajadores de las afueras vienen a hacer de paletas, carpinteros, pintores… y, como todo trabajador, necesita comer y alojarse.
Los hermanos Moré y Casas, dado que la taberna cada vez tienen más clientela deciden alquilar una casa particular con 8 habitaciones, para poder hospedar a aquellos clientes que lo necesitan. Esta casa conocida como Can Rovira, es bautizada como Fonda Tonet en 1952, y se mantiene abierta durante unos ocho años.
A la Fonda Tonet, se ofrecía pensión completa, pero no disponían de máquina para hacer cafés ni helados. Así que las hijas de Francisca, siendo adolescentes, iban a un bar del paseo a pedir las bolas de helado o café, para tener el cliente muy contento. Incuso bailaban Sardanas para dejar boquiabiertos a los turistas extranjeros cada vez más presentes en las calles.
Los clientes están satisfechos y los números les permiten reformar la Taverna Tonet, la que dará lugar al Restaurant Can Tonet. Las tapas que hacían los domingos tenían mucho renombre.
En 1956, compran la casa de Can Ferro y el terreno del lado, con la intención de construir un Hostal. Con los años y con mucha dedicación y esfuerzo al Restaurant Can Tonet, se invierte para construir la fachada del edificio y acabar la distribución de la primera planta.
En un inicio, los trabajadores iban a comer al Restaurant Can Tonet y después subían a dormir al Hostal, puesto que la planta baja con cocina y comedor, no estaba acabado. Con los años, se va terminando el Hostal por zonas y cuando el dinero lo permite.
Alrededor de los años ochenta, las hermanas Consol (1936) y Carme Nualart Moré (1938) -hijas de Francisca Moré Casas-, gestionan el que se convierte en el Hotel Tonet.
Abriendo todo el año, hacían comidas para casamientos, comuniones y bautizos, como también actos para el ayuntamiento y la población de Tossa. Podían agrupar hasta 130 personas en la sala.
El Hotel Tonet, como lo conocemos a día de hoy, ha permanecido abierto más de setenta años y tres generaciones.
Es una responsabilidad y un honor coger el relevo de uno de los hoteles más emblemáticos de Tossa de Mar, abierto a mediados de siglo XX.
«La sal siempre ha sido un elemento fundamental en la vida de los tosenses. Se salaban las anchoas, las setas y el barco cargado de sal era esperado con deleite por los pescadores que ya la llevaban encima cuando salían del agua. Se puede decir que en Tossa todo lo salan. Incluso salan el hablar»
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